DISFRACES PARECIDOS A MI PIEL

El momento se va acercando. Si nada lo impide, La simiente de la Esquirla, primer volumen de El hueco al final del mundo, estará disponible a principios de febrero y podréis leerlo por fin.

Entretanto, un pequeño aperitivo. Y, de paso, un experimento:

Una mujer encerrada que intenta volver a su hogar; un pasado que no es como todos recuerdan; un tren que recorre un mundo muerto; una partida de póquer con cartas de Tarot; un cuenta cuentos que quizá ha encontrado su destino, un cazador que descubre que a lo mejor es la presa; una paradoja temporal que tal vez no lo sea, un electricista que podría provocar el fin del mundo; un parque por el que nadie debería pasar…

Esto que acabáis de leer es parte de la sinopsis editorial de Disfraces parecidos a mi piel, una recopilación de relatos que pretende ser un compendio de mi actividad en el terreno del cuento o, como reza el subtítulo del libro, mi «Narrativa breve (casi) completa».

¿Por qué casi?

Es sencillo de explicar. Hay tres tipos de relatos que no han sido incluidos en el libro:

  1. Ya no existen. Los azares del tiempo y la vida han hecho que se hayan perdido. Prácticamente todos aquellos relatos que escribí antes de empezar a utilizar un ordenador han desaparecido. Y buena parte de los que escribí con mi primer ordenador, también. No han muerto del todo. Aquellos relatos que tenían algo aprovechable (ya fuera la idea de arranque, el enfoque, alguna situación o cierto personaje) acabaron pasándolo a cuentos posteriores. Así que aunque ya no existen, podríamos decir que no fallecieron sin descendencia y que una parte de ellos vive en relatos posteriores que aún conservan buena salud.
  2. Se han integrado en una narrativa mayor (una novela, un grupo de ellas, una edición recopilatoria de un ciclo narrativo), ya sea publicada, ya inédita. Los ambientados en Drímar están todos incluidos en Drímar, el ciclo completo; «Embrión» y «Amistad» se acabaron integrando en la novela Los rostros del pasado. «En el ático» y «Piso 27» son ahora parte de mi novela distópica Final de trayecto. Por último, los diferentes cuentos que tienen lugar en el bar «Horizonte de sucesos» pertenecen al ciclo del mismo título.
  3. Considero que no merecen la pena. Ya se trate de inéditos, ya hayan sido publicados. Ese tercer grupo es parte del interminable proceso de aprendizaje que es la vida de todo escritor. No me arrepiento de haberlos escrito; tampoco de haberlos publicado (bueno, tal vez alguno, sí), pero simplemente no alcanzan el nivel mínimo de calidad que, en estos momentos de mi vida, le exijo a un relato. Son parte forzosa del proceso eterno de aprendizaje que es la vida de un escritor. En cierto modo, son las víctimas colaterales inocentes, las bajas inevitables que se producen a lo largo de una larga travesía y que van quedando abandonadas a la estela del buque del que cayeron, despojos que la marea puede llevar a alguna playa, pero que lo más probable es que acaben engullidos por las aguas y se pudran lentamente por toda la eternidad en un mar de los sargazos narrativo.

Los puntos 1 y 2 supongo que son fácilmente comprensibles. El 3 quizá despierte alguna polémica. Soy consciente de lo subjetivo que resulta. Al fin y al cabo, cuentos que yo considero malos pueden parecerles estupendos a otras personas. Y si en su día consideré que merecía la pena ser publicado, debería ser fiel a esa versión más joven de mí mismo y recuperarlos en este libro.

Quizá. Pero no lo voy a hacer. Es mi selección. Y es mi criterio, bueno o malo.

Hablaba también de un experimento. Nada muy drástico, en realidad. Algo que ya se ha hecho muchas veces, pero que yo nunca había probado antes.

Para empezar voy a invertir el orden tradicional de publicación. Lo habitual es que o bien la versión impresa salga primero o bien esta y la electrónica se publiquen de forma simultánea. Sin embargo, durante los próximos meses, Disfraces parecidos a mi piel solo estará disponible en ebook.Y de una forma un tanto peculiar.

A partir del uno de enero lo encontraréis en Lektu. De hecho, ya podéis ver ahora mismo el avance en este enlace. ¿Cuál es la novedad? Muy sencillo, he decidido publicarlo en la modalidad de «Paga si te gusta». Cualquiera puede descargarse el libro, leerlo y entonces decidir, según su criterio, si merece la pena o no pagar por él el euro con noventa y nueve céntimos que cuesta. El libro permanecerá en esa modalidad hasta el 1 de marzo. A partir de ese momento, además de estar disponible en otras plataformas, como Amazon, Apple, Google o Kobo, también saldrá a la calle la versión impresa.

Ya veis que no es un experimento precisamente radical. No he inventado nada. Confieso, sin embargo, que siempre he tenido curiosidad por ver hasta qué punto funciona este modo de hacer las cosas; si partir de la base de que la mayor parte de la gente actúa de buena fe y recompensan aquello que les ha gustado tiene sentido y es realista o, por el contrario, tienen razón los cínicos. Corro un riesgo, es cierto. No muy grande: todos estos relatos ya fueron publicados (algunos varias veces) y se podría decir que han cumplido su ciclo vital con creces. Si esta recopilación y este modo de publicar funcionan, tendrán una vida extra. Si no, poco se habrá perdido.

Llamadme tonto, pero soy optimista. Al menos moderadamente.

Antes de esa fecha, concretamente entre el lunes 23 de diciembre y el viernes 27, haré un sorteo de diez ejemplares del libro en Twitter. Será algo muy sencillo (dale a un like o retuitéame y entras en el sorteo, sin más) que me permitirá llegar a los primeros lectores. Como pequeño aliciente, esas diez copias del ebook que reparta irán personalizadas, con firma y una pequeña dedicatoria para cada una de las personas que gane el sorteo.

Mientras tanto, no olvidéis que ya falta poquito para ese primer volumen de El hueco al final del mundo. No diré que está «a la vuelta de la esquirla» porque sería un ejemplo de humor más bien deplorable y ya sabéis que una de mis características fundamentales es un sentido del humor elevado, casi divino en su excelencia.

O algo.

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