En el registro civil, la declaración de Hacienda, la tarjeta de la Seguridad Social, el DNI y unos cuantos documentos más, además de en la portada de los libros que he escrito, mi nombre es, al parecer, Rodolfo Martínez. Y quién soy yo para ponerme a llevar la contraria a toda esa gente, especialmente los de Hacienda, que hay que ver cómo se las gastan.
En mi día a día, aquellos que me conocen me suelen llamar Rudy, nombre que adopté a los quince años, en parte influido por la serie de TV (y el libro) Hombre rico, hombre pobre. Me jodió pillarle el nombre al rico cuando el personaje que me molaba era el pobre (sí, soy de clase baja hasta para identificarme con los personajes y hasta me siento orgulloso de ello, mira tú), pero era el del rico el que coincidía más o menos con el mío así que… He dicho «en parte», lo que implica que hay otros motivos. Y seguro que los hay. Y que en aquel momento los encontré sumamente racionales. Si encontráis por ahí a mi yo de aquella época, le preguntáis, porque la verdad es que yo ya no me acuerdo, a ver si hay suerte y él tiene mejor memoria.
Llevo escribiendo desde que tenía doce años. Imaginando historias… no lo sé, pero desde antes de los diez, más que nada porque me recuerdo a mí mismo yendo al colegio en Candás, mi pueblo natal, e inventando nuevos capítulos de una de mis series favoritas de aquella época, El inmortal. Y, dado que me fui a vivir a los diez años a Gijón, por fuerza eso tuvo que ser antes. A menos, claro, que la memoria me mienta, que seguro que me miente.
Publiqué mi primer relato en 1987 y mi primera novela en 1995.
Y poco más hay que decir.
Pero, bueno, si queréis saber más, podéis encontrarlo pinchando aquí o siguiendo este código QR:
